A qué temer si llevo la muerte a cuestas
meciéndome, tierna, a cada paso,
acunando mis días con paciencia
con ternura meciéndome, tierna, a cada paso,
acunando mis días con paciencia
tutora de mis letras y mis sueños.
Nacimos juntas hilvanando ideas
juntas en la aventura de esta vida
integradas, armónicas.
Latido del tiempo nuestros tiempos
nace y muere conmigo
muerte y polvo entrelazadas.
Calza mis pies
unge mis pasos
no es verdad que me muerde
ni hinca sus colmillos en mis carnes, no.
Besa mi frente
y derrama su llanto
sobre mi frágil vida
¡Cuánto le duelo!
Cuando en mi soledad
y opresión en el pecho,
echa sobre de mí
la sombra de su aliento
y me susurra quedo
“Yo estoy contigo; quédate quieta”.
“Vendré en silencio
danzando
libando de tu flor
para llevar conmigo
entre las manos
todo el dulzor acuoso
de tu vida”.
A qué temer
si llevo conmigo a cuestas
a inseparable amiga
que guarda entre sus manos
incienso y mirra
y el suave canto
para nacer juntas de nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario