Es como mirarte en un espejo:
la forma y el reflejo se contemplan.
Tú no eres el reflejo
pero el reflejo es tú.
Poema Zen
Nadie sabe lo que sabe el espejo
intangible mirada.
Es el espejo
tiempomar encrespado
que levanta mis horas.
Consigna cada surco
que abre el tiempo
en mis venas
y lo revuelve.
Crecen en él mi rostro
y mi aliento
y mi aliento
impermanentes
como la flor que ahora es fruto
y mañana semilla
que volverá a ser
fruto y su jugo la nube
y la nube el agua del arroyo
de los ríos, los océanos
y nuevamente nube
y agua que hace germinar la semilla
que pronto será flor
y fruto
la mirada impasible del espejo.
Cuántas olas encerradas
en su gélido mar petrificado.
Es jaula que encierra y mantiene
puerta adentro
cuanto mira.
En el espejo somos
un río de fuego
que corre por las venas del planeta
arrasando el paisaje
y la vida.
Yo no soy el reflejo
no lo soy
No soy ésta que él mira
y me acerca
cada instante que cambio
como si fuera
la misma ola
el mismo aliento
el mismo fuego
la misma tierra.
Siembro mi imagen
en esa superficie de agua
petrificada
que imita mis gestos y mis pasos.
Forma y reflejo contemplándose
con la eterna interrogante
de quién es quien suplanta:
la imagen al reflejo
o el reflejo a la imagen.
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