No son los años los que duelen
es esta losa que llevo por espalda;
esta mente trama de pensamientos fluctuantes
rancios informes
filtrados en el espacio estriado
de mis horas.
No es la osamenta
tuercas barridas oxidadas
la que hace trastabillar mis pasos
son estos pensamientos incoherentes
incoherentes
actos de ebrio que se siente gracioso
mientras babea y causa pena y asco.
Esta vergüenza de andar como entre sueños
caminando descalza sobre sal
a orillas de un mar muerto.
No es el mundo manzana podrida
ni asco atestado de gusanos
es esta mente errática
cansado hábito que se repite
predecible;
que sega mis primaveras
que injerta este dolor
entre placeres ficticios
con su puño de metal
en mis costados.
Sueño que sueño
y sueño que despierto
y camino una y otra vez
de nuevo al sueño
sueño de pensamientos
que se desbordan
cascada de agua y lodo
sobre mi espalda
sobre mi espalda
esta espalda estriada
astillada
hecha de sal y fuego
Silencio. Que se aquiete este monólogo.
Silencio. Que se asiente la mente.
Silencio.
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