He servido la mesa
y por primera vez
puse un mantel
con flores amarillas
por si acaso quisieras
dejar atrás
la morada que habitas
y sentarte a mi lado
a contemplar el paso de la lluvia
la nube que pronto
será arroyo y mar
y a escuchar el canto
de las aves
que antes fueron flores
y ahora son espacio.
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