Es este amor
funámbulo que va del sueño a la vigilia
de la vigilia al sueño.
Amor que contempla
el infinito y se pregunta
cuál es su origen,
cuál su destino.
Este amor que va
del niño al colibrí
del dragón al minotauro
sin que nadie lo quiera
sin que nadie lo acepte.
Me ha hecho sentir más amoroso... Es un amor contemplativo, inmutable como una abertura que subyace en la conciencia; espontáneo, eterno y ausente.
ResponderEliminarGracias por el comentario, Patricio. Celebro que te guste. El amor que va de un ser a otro, sin ser de nadie y de todos.
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