Soy y no soy la mujer que aligeró tu espíritu
Soy y no soy la mujer que devoró tu serenidad
Soy y no soy la mujer que te sacó de un cómodo infierno
para arrojarte cuatro pisos por debajo al más terrible sitio
helado y solitario.
Soy y no soy
la carga que te tumba.
las alas que te elevan.
Soy y no soy el animal que agoniza
el que vislumbras en la penumbra
de tus ideas.
Soy y no soy el animal a punto de echar a andar
su lastimado cuerpo
para llevarte a trote
sobre este pecho herido sangrante.
Soy y no soy la mujer que te ama
y te acompaña y no
por este paisaje yermo
viaje agotador
extenuante.
Soy y no soy
la mujer que te escucha
la que va contigo de la mano
en este florido campo
luminoso
animando tu aliento.
Soy y no soy esa voz que te arrulla
que chirría en tu cerebro
que consume tus sueños
la que los alimenta y nutre.
Soy y no soy la puta
la santa
la madre
la hija
la hermana
la amiga.
Soy, una hoja más en este árbol frondoso
una hormiga en este gran hormiguero
una abeja obrera en el panal
una gota de mar
que evita que éste se reseque
y como tú, también desea ser feliz
aunque no sepa cómo…
Soy y no soy
tu reflejo.
Armonía en una verdad personal.
ResponderEliminarGracias por escribir, Nedda. Es hermoso encontrar tus comentarios. Abrazos.
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