regreso sorprendida
de la muerte nocturna cotidiana,
de la muerte nocturna cotidiana,
del ensayo de muerte,
de revueltas historias en retazos,
metáforas de la vigilia.
Renazco a veces
con los grilletes de terrores nocturnos
pesadillas, sueños confusos
y me incorporo al día
con pesadez
como Lázaro con mortaja
con el dolor de volver hecho pedazos
con la sangre molida
y la carne cayéndose
podrida.
Hay días que renazco sonriente
desde esa muerte dulce
donde cierro los ojos
y emprendo viajes venturosos
me enamoro
soy amada
donde armo un escenario
y todo es propicio
y cada uno de los personaje que elaboro
me habla con dulzura:
ahí, donde siempre soy joven,
hermosa y con talento.
Y renazco
-¡qué alivio!-
la mayor parte del tiempo
con la sonrisa franca
y el canto de jilguero
por el hecho simple
el simple hecho
de volver una vez más
a este ensayo
de sueño en la vigilia.
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