Tú y yo
no sabemos
aún no lo sabemos
que todo lo sabemos.
Hemos andado
en repetido andar errante
bajo las nubes de un otoño tropical
que devasta palmeras
e inunda nuestras playas
bajo un manto de tinieblas.
No es un camino oscuro
son nuestros ojos empañados
gramíneas desgranadas
en descenso solitario.
No sabemos
que no hay soledad,
que nuestros pechos son
un campo fértil
donde todo florece
donde tristeza y alegría
convergen
como las aguas de los ríos
corren al mar.
Tú y yo
cuando soltemos
esas viejas ideas
y dejemos de perseguir
fantasías
hemos de reconocernos
vivas flores
en esta vida
que se apaga
y se ilumina
instante a instante.
Y entonces,
cuando sepamos
cantaremos
celebraremos juntos
que todo lo sabemos
y reiremos al recordar
que creímos
que no sabíamos
nada.
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