Me quedaré en silencio
en el blanco infinito de este día.
Guardaré la voz y el canto
en la jaula
donde duerme mi pájaro corazón
y le pondré candado
para que no escapen
sus trinos nostalgiosos
en el nuboso gris de esta mañana
Que se duerma el aullido lamento
de perro abandonado a su suerte
en la soledad de una azotea
Me quedaré en silencio
acomodada
en el vacío caracol
ausente de mis ojos.
Que se plieguen los élitros
de estas manos libélulas
que se deslizan ligeras
buscando abrir esta mañana.
Me quedaré en silencio
entre las olas
del encrespado mar de la conciencia
Que se extienda
este silencio
este silencio
voz de caracola llamando a los sentidos
con impulso vibrante
para aquietar cada espacio
cada instante
y exorcizar la soledad
que mantiene helados cartílagos y huesos.
Me quedaré en silencio
quieta
hasta que el sol
me toque con sus múltiples brazos
y me traiga de regreso
al crepitante fuego
del lenguaje.
Y uno de esos brazos también me alcanzó.
ResponderEliminarMucho que ver en tu blog.
Saludos.
Y va otro abrazo de mi parte, BEATRIZ. Gracias por leer, y por escribir. Estoy viendo tu blog.
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