En mi experiencia, en lo poco que llego a
comprender de este mundo, abrazar la vida es abrazar los acontecimientos, me
gusten o no, y aceptar que ser feliz no es necesariamente estar contenta o no
tener problemas. Pienso que aun pese a la adversidad, a que nada sale como se
espera, se puede respirar con gusto, con gratitud. La vida es tan breve. Suele
ser una sorpresa y, en los momentos de mayor claridad mental, un milagro; algo
inesperado. Pero pensar que la vida se acomodará a nuestros deseos, es
errático. Si ésta es un océano y no somos más que olas pequeñitas, mientras no
gocemos con conciencia el ser agua elevándose y declinando, nos sentiremos
defraudadas, defraudados o, al menos sentiremos desconcierto. “El dolor es
inevitable; el sufrimiento es opcional”.
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