No
sienten más las malvastus manos tibias
ni escuchan tu canto
de mil voces
cenzontle madre
Tu voz
temprana
con que
arrimabas amorosa
el alba
a nuestros ojos.
La
suave voz
de
viento vespertinocon que limpiabas
las gotas de sudor
de los rostros amarillo dorado
de tus nietas y nietos.
La voz azul
celeste
con que
limpiabasla sangre regada
del crepúsculo
para acomodar
los sueños de tus hijas
en el mullido manto de la noche
La voz de luna llena
con que arrullabas sus lustrosos sueños
repletos de valientes caballeros
de sólida armadura
que venían a rescatarlas
del monótono dragón
disfrazado de insípidos amantes.
La voz
de huracán
con que
arrasabasla tristeza de tus hijos
que en aras de alcanzar
felicidad
perseguían mujeres trueno
que inclementes quemaban
sus raíces.
No te
escuchan más
sus
oídosahora que tu voz
se ha quedado muda
en la copa
del árbol de la vida
en la hojarasca
entre el moho y el humus
con promesa que asoma
y se eleva
en el canto temprano
de la alondra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario