Espacio de poesía y cuento (Obra en progreso)

viernes, 18 de marzo de 2011

Día


I
Estirando el ala toca el trino la luz
la blanca sombra se eleva
                   se hace nube
y se acomoda árbol
flor
    pasto
           senderos.
sombra blanca en el azul del lago
II
Soy viadora que engarza las perlas matutinas
las hileras de polvo se apilan y hacen piedra
brillo verde renovado en las manos
rumor de fondo, suspiran cerros y veredas.
III
Ensayan mariposas una danza en el viento
crisálida misterio asombro fiesta
voluntad en la hondura del cielo.
IV
Libera su rumor el polen
                              pájaro libre
canto que rueda de colina en colina
sonrisa vertida en luz
                       caleidoscopio.
V
Claridad que desciende y se desgaja
ondulante lenguaje
verbo conjugado en vida
derrama de néctar que libamos
alegres y gozosos.

1 comentario:

  1. La luz es lo único que viaja en línea recta. 30 000 km/seg. Se dice que la velocidad de la luz es imperceptible al ojo humano; así, cuando amanece, abrimos los ojos, los pájaros también, los gatos, la inumerable progenie en todas partes, los árboles, la hierba, las piedras... todo cuanto cohabita con nosotros el misterio del mundo. Se hace el día, una brizna de tiempo que desaparecerá con el advenimiento del sueño cundo llega la noche. De este modo, a diario, tejemos y destejemos como Penélope nuestra esperanza y nuestra sabiduría. No todos lo sabemos hacer (confieso que soy torpe en fabricarme la mañana) y no todos sabemos que es casi nada lo que lograremos atesorar. Al día siguiente enmendaremos los yerros, volveremos sobre lo andado- aunque ya no sea el mismo sendero- y dejaremos pasar la mancha blanca meciéndose en el cielo claro; lo que no sospechamos es que esa nube blanca es parte nuestra, como lo es el pan en la mesa, el beso, la pupila que arde en el rostro del amor. Tu poema quiere hacernos ver la veracidad de la permanencia, la veracidad de la fugacidad; todo gracias a las palabras.

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