
– Maestro, me han dicho que no está bien pensar en propósitos de un nuevo año. Que igual me puedo morir cualquier día de estos. ¿Qué debo hacer?
– Hij@, primero, pensar que sólo tú decides tus asuntos; que las decisiones que tomes impactarán tu vida, sin importar si dura un minuto más o 100 años. No has de escuchar y pensar cada cosa que te dicen. Segundo, hacer planes, proyectar, es correcto. Hazlos y suéltalos. Sólo mantén en tu mente el propósito, porque tu vida cabe en un día. Si vive otro, regresas a ellos, y así día tras día.
Escuchar y dudar sobre lo que hemos decidido, no siempre es conveniente. Los humanos nos hemos habituado a opinar y disertar sobre todo cuanto vemos y oímos. Las opiniones sólo son importantes para reflexionar sobre lo proyectado cuando las pedimos. Asistir a charlas sobre temas que nos interesan es dar importancia a otras opiniones; las solicitamos. Pero eso no significa que nuestra vida hemos de regirla por las ideas de otros.
“No creas en algo simplemente porque hayas oído
sobre ello. No creas en algo sólo porque has oído un rumor o algún comentario. No
creas en algo porque lo hayas encontrado en un libro religioso o sagrado. No creas
en algo basado meramente en la autoridad de un maestro o de un anciano. No creas
en tradiciones simplemente porque han pasado de boca en boca a través de las
generaciones. Luego de la observación y el análisis, cuando encuentres algo que
está de acuerdo con la razón, y su puesta en práctica sea beneficiosa para uno
y para todos, entonces acéptalo y vive de acuerdo con ello”: Buda.
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